viernes, 23 de marzo de 2012

La real academia define la palabra imposible, como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define la palabra improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente.
Que David ganará a Goliat era improbable, pero sucedió. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, si no de amores improbables, porque lo improbables es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar.
Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario